lunes, 16 de noviembre de 2009

"Transformers" y "Transformers: La venganza de los caídos", los éxitos de taquilla más aburridos del s. XX























1984. La compañía Hasbro lanza al mercado estadounidense un nuevo tipo de jueguete original de Japón llamado Transformer. Se trata de un modelo de muñeco que revoluciona la forma de jugar de los niños ya que son capaces de maniobrar y manipular los movimientos de éstos para cambiarles la forma.

23 años más tarde, ese monstruo que rastrea el mercado en busca de proyectos rentables como es Hollywood se lanza a la producción de una bomba taquillera basada en los muñecos Transformer. El director (y productor ejecutivo, a quien no se le quiere escapar nada de las manos) es Michael Bay (Armaggedon, La isla) y la productora que tiene el acierto es la Paramount. Quien no podía faltar a la fiesta es Steven Spielberg, que invierte sus milloncitos con DreamWorks; y la propia Hasbro, obviamente. Con un presupuesto de 150 millones de dólares, la película recaudó en todo el mundo 700 millones aprox.

Dos años más tarde y tirando del filón cosechado en 2007, el mismo equipo graba "Transformers 2: La venganza de los caídos", con un presupuesto de 200k y una recaudación, a día de hoy, de más de 830k, situándola en la posición 20 de las películas más taquilleras de la historia.

Estamos ante una apuesta segura. La espectación que se creó para la primera película fue inaudita (solo comparable con la espectación que está creando ahora Avatar, de James Cameron). Rumores, teasers posters semanales, teasers trailers... El resultado fue vistoso, ruidoso, visual y sonoramente apabullante. Pero, ¿fue entretenido? Para gustos, los colores. Yo creo que no.

Si repasamos las 33 películas más taquilleras de la historia, comprobaremos que sólo 7 de ellas pertenecen al siglo XX. Las 26 restantes están producidas entre el 2000 y el 2009, es decir, en tan solo 9 años. Taquillazos como las sagas de "El señor de los anillos", "Harry Potter" o "Piratas del Caribe" te llevan a mundos mágicos, diferentes, con personajes entrañables, malos malísimos o malos con los que empatizas. La saga "Spiderman" se basa en uno de los mejores cómics de siempre, "Batman" dio un giro de tuerca con la llegada de Christopher Nolan y lo hizo más humano. Finalmente, los pelotazos de animación ("Shrek 1, 2 y 3", "Buscando a Nemo", "El Rey León") son el paradigma de la comedia, el entretenimiento y la empatización. Otros títulos presumen de su condición de entretenimiento puro y duro como "Independence Day" o "Indiana Jones".

Pero "Transformers" vuelca todo un esfuerzo en conseguir una obra sin parangón en el campo de los efectos especiales y la acción pero se olvida de los personajes y de la historia. Resulta imposible empatizar con los robots, quizá porque están tan bien reproducidos que, realmente, parecen máquinas. A fin de cuentas es lo que son, pero en los muñecos o en la serie de animación, los robots tenían rasgos y expresiones faciales más reconocibles, aunque por ello les hiciera menos creíbles como máquinas. Los personajes humanos, por su parte, son bastante pobres. El chico tiene algo de gracia, de hecho, el actor Shia Labeouf es lo único que se salva de la saga. Es probable que nos encontremos ante un futuro exitazo de Hollywood, con rasgos de Michael J. Fox en "Regreso al futuro", Harrison Ford en "Indiana Jones" y quien sabe, algo de chulería a lo Bruce Willies en... en... en cualquiera de sus películas.

¿Qué decir de Megan Fox? Pues vale la pena comentar algo de ella para ver si algún curioso teclea su nombre en Google y da con mi humilde blog. Su belleza la precede, es un handicap para la chica cuando quiera ponerse a hacer cine INTERPRETATIVO de verdad. De momento, pues ya le va bien enseñar carne y llenarse los bolsillos. Sus escenas, en las 2 películas, son calcadas. La primera secuencia en la que aparece lo hace contoneando su cuerpo ante un vehículo (coche y moto). Planos cortos y lentos para que el espectador no pierda detalle alguno de sus curvas. Las siguientes escenas consisten en momentos de acción en los que Fox corre y, con ello, mueve su cuerpo y su pelo. Finalmente están las escenas románticas en las que priman los primeros planos de Fox haciendo morritos mientras da ánimo al héroe. Como véis, nada original. Me quedo con un toque humorístico sutil de los guionistas en la segunda parte. En una escena, un robot pequeño e inofensivo de los Decepticon murmura en voz alta refiriéndose a ella: "muy bonita pero no muy lista".


Para acabar, la historia. Está claro quienes son los buenos (autobots) y quienes los malos (decepticon), pero la rivalidad infinita e histórica entre Optimus Prime y Megatron no queda del todo plasmada. Las más de dos horas que dura cada película se gastan en su mayoría en metraje sin diálogo, en velocidad, disparos y explosiones. El argumento es inverosímil e incluso hay algunas escenas que serían cómicas si la película se hubiera hecho con la intención de hacer reir. El resultado consiste en un entretenimiento basado en la estupefacción que causan los demoledores efectos especiales, que invitan al espectador a no dejar de maravillarse por el aspecto visual en toda la película. Lo que nos esté contando o los personajes que hay en ella es aburrido, porque es lo de menos. Se trata de vender humo, el mejor humo.

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