viernes, 4 de diciembre de 2009

Blog de cines abandonados



No hay nada más deprimente para un nostálgico del séptimo arte que un cine abandonado. Personalmente, esa visión melancólica de un pasado mejor me queda un poco lejos. Yo crecí con con unos cines de barrio que ya estaban en pleno proceso de evolución hacia el multisalas.

El cine Iluro tenía prestigio y era, por aquel entonces, el más respetado de toda Mataró. Con su hall enorme repleto de sofás antiguos como si fuera un hotel de lujo, te permitía transportarte a otra época. Los cines Núria tenían 3 salas y eran un ejemplo de modernidad y orgullo tecnológico. Los Cinemes de Mataró llegaron sin aportar absolutamente nada al entorno cinematográfico, ni siquiera se encabían en los complejos comerciales actuales. Carecían totalmente de encanto y sus 4 salas eran demasiado pequeñas. Duraron poco y se transformaron en una sucursal más de Cines Oscar, aunque también acabaron cerrando por motivos obvios.



El único cine al que yo acudí y que realmente gozaba de un aura especial de barrio fue el Foment, que actualmente sigue funcionando gracias supongo al esfuerzo del consistorio. Además de cine, ha sido un centro de encuentro cultural, un lugar donde impartir clases y cursos desde idiomas, cocina o baile. Todavía se llevan a cabo pases de películas que, afortunadamente, no suelen llenar las carteleras de cines como Cinesa o Yelmo. Es un reducto del cine no comercial que además goza de un enclave inmejorable en el centro de la ciudad.

Episodios melancólicos como en "Cinema Paradiso" o en "Última Sesión", la película del director mataronense Francesc Paez, nunca los he vivido porque para mí el cine siempre ha sido un objeto de lujuria cultural, un frenesí de emociones y una búsqueda constante de sensaciones. Afortunadamente, o no, siempre he desligado este significado de un lugar concreto. Probablemente he disfrutado más y, sin duda, he devorado más cantidad de películas, en mi casa, mi habitación, que en cualquier sala de cine. Por lo tanto, la destrucción del cine de barrio como se entendía hace unos años nunca me ha tocado muy de cerca, aunque respeto la melancolía que suscita y comparto cierta melancolía pasajera.

En el blog Cines Olvidados, su autor se encomienda en la misión de acercar parte de aquella arquitectura, ahora arqueología, que poblaba las calles de cines y que, actualmente, se encuentra en estado de descomposición. Sin duda, es un ejemplo de decadencia total de la cultura porque, si bien no comparto la melancolía al 100 por 100 por motivos de edad y uso del cine, entiendo que aquellos espacios donde se proyectaban películas forman parte del ideario colectivo de varias generaciones, asociando el ejercicio de ir al cine con un ejercicio más social, lúdico y ocioso de lo que es hoy en día, con estas multisalas situadas en centros comerciales sin personalidad y totalmente alejados de los centros culturales, sociales y de ocio de las ciudades.

Lo que más impresiona del blog son las fotografías. A ver si reconocéis alguno.

1 comentario:

Carlos dijo...

Muy bueno tu blog .visita el mio k trata de cines en general,y de barcelona en concreto
http://cinemesdebarcelona.blogspot.com/

Pasate