lunes, 1 de marzo de 2010

Lo mejor de la semana: "Pompoko"

Esta semana, mi cartelera personal ha sido la siguiente:






"Gentlemen Broncos" (2009, USA). Una cinta para adolescentes supuestamente madura. No me gustó nada, se lleva el premio a Lo peor de la semana.

"Crazy heart" (2009, USA) se estrena en España este viernes 5 de marzo. Me gustó mucho porque me encanta Jeff Bridges y, en esta ocasión, vuelve a estar a la altura del papel. No es de extrañar que le acaben dando el Oscar por esta película en la que interpreta a un cantante de country venido a menos, alcohólico y con problemas económicos. La película es buena porque Bridges hace que lo sea, aunque en realidad su personaje y la peli en general están bastante estereotipados. Cada vez me gusta menos Maggie Gyllenhaal, no sé muy bien por qué, creo que debe poner más de ella en los personajes que interpreta de lo que debería. De todas maneras, a su favor diré que en este tipo de películas los personajes femeninos siempre son iguales: representan un catalizador en la vida del protagonista (igual que pasa con Marisa Tomei en "El luchador"). Muchas veces son casi prescindibles, pero ya se sabe, en Hollywood lo primero es lo primero y en toda historia debe haber chico y chica.

"Capitalismo: una historia de amor" (2009, USA) es lo último del controvertido documentalista Michael Moore. Pelín oportunista por los tiempos que corren pero no por ello menos necesaria. Como siempre, Moore está bien cuando está bien y peca de las mimas flaquezas que siempre, que son muchas veces falta de autoridad y credibilidad y, sobretodo, tendencia a la demagogia. Que conste que defiendo su trabajo y me gustan sus documentales, que deberían ser vistos por todos los yankis, pero no me considero un fan acérrimo creyente de todo lo que cuenta sin ponerlo en tela de juicio. Hay quienes le tildan de manipulador, y es probable que se sirva de trucos y argucias para endulzar sus propuestas y demonizar todo a lo que apunta. Sea como sea, los temas que pone sobre la mesa son de vital importancia y necesarios. Le sobra querer ser la estrella de sus documentales, pero así es Michael Moore.

El otro día di con "$9.99" (2008, Israel) y fue una grata sorpresa. Se trata de una cinta de animación israelí dirigido por Tatia Rosenthal y basado en las historias cortas de Etgar Keret. El tipo de animación sería algo así como plastelina en stop motion aunque el resultado no es tan pulido como "Wallace & Gromitt". Sin duda alguna es animación para adultos debido a su violencia explícita y a los desnudos. Por poner un símil, sería como un 13 Rue del Percebe versión plastelina y situado en un edifició de Sydney, Australia.

Para quien no sepa quien es James Franco, solo con decir que es el hijo del Duende Verde en "Spiderman" es suficiente para identificarlo. Ese chico joven y atractivo amigo de Peter Parker y que acabará siendo su enemigo. Bien, Franco ha aparecido en mogollón de películas, la mayoría de ellas en un papel tio-guapo-interesante estilo Orlando Bloom. En su defensa, diré que este tio salió de la escuela de Judd Apatow en "Freaks & Geeks", una serie de culto de los 90. Fue una sorpresa cuando lo descubrí interpretando a un joven adolescente despreocupado y porrero, teniendo en cuenta la visión que tenía de él. Pues bien, me ha vuelto a sorprender con "Good time Max" (2007, USA), película de corte independiente escrita y dirigida por él mismo, en la que interpreta a un superdotado hiperactivo y problemático. Junto a su hermano, se traslada de Nueva York a Los Ángeles huyendo de unos problemillas, donde se llevará a cabo la mayoría de la historia. Fresca, interesante y diferente.

No soy un gran amante del cine político de Constantin Costa-Gavras, aunque desde que vi el tráiler de "Edén al Oeste" (2009, Francia) tenía ganas de verla. Es la historia de Elias, un inmigrante ilegal que llega a la costa italiana huyendo de las autoridades y se esconde en un complejo turístico. Su objetivo será viajar hasta París, una aventura que no le será nada fácil y en la que conocerá cantidad de gente. La intepretación de Riccardo Scamarcio es sensacional y las pillerías que tiene que hacer para escapar continuamente de la policía transforman la película en una especia de aventura. Costa-Gavras demuestra que se puede hacer entretenimiento con historias reales sin tener que acudir a la ciencia-ficción ni a la acción de tiros y sangre. Para mi gusto, la visión humanitaria y solidaria con la que Costa-Gavras ve a las personas es desmedida, resultando a veces incluso irreal. De todas maneras, se excusa en el encanto y magnetismo con el que dota a su personaje protagonista.

Lo mejor de la semana: "POMPOKO"


Recordando el mejor rato que he pasado viendo pelis la semana pasada, sin duda he llegado a la conclusión de que la mayor sorpresa me la llevé con "Pompoko", una cinta de animación japonesa de 1994. Escrita y dirigida por Isao Takahata (autor de la bellísima "La tumba de las luciérnagas" de 1988), la película ya se introduce en el género del ecologismo, tan trillado en nuestros días. Los protagonistas son un grupo de mapaches que viven en una colina de la ciudad de Tokio. Allí se está produciendo el resultado de la masificación y el progreso: bosques arrasados para construir urbanizaciones. Hasta aquí, todo parece típico e incluso aburrido. Pero Takahata dota de una originalidad única a los personajes: se trata de los mapaches, único animal junto con el lobo, que es capaz de mutar su apariencia. Al parecer, todo mapache tiene 3 apariencias posibles: la común que todo humano está acostumbrado a ver, la antropomórfica (sobre dos patas, con brazos y parecido al hombre aunque con forma como de oso) y la mutación voluntario (técnica solo al alcance de unos cuantos mapaches, capaces de transformarse en CUALQUIER cosa, sea otro animal, ser humano u objeto. Incluso en agua, viento o fuego). Uno de los detalles más originales es el hecho de que a los mapaches, en su visión antropomórfica, se les ven continuamente los testículos. Pero esto no es casual, sino que ellos mismos utilizan lo que ellos llaman las gónadas para transformarlas en lo que desean. Y claro, te partes de la risa. Además, aunque pueda ser vista por niños, la película tienen detalles violentos ya que los mapaches no tienen reparo en castigar a los humanos para expulsarlos de su bosque aunque sea necesario que mueran. Para ellos es como una guerra.

Definitivamente original donde las haya, divertida y, a la vista está porque es del 1994, atemporal. Todo un descubrimiento de los estudios Ghibli, de los que me quedan solo 1 o 2 películas por ver.

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