viernes, 30 de octubre de 2009

La china "City of life and death" inaugura la XXXI Mostra de Cinema de Mataró


Desgraciadamente para la cultura y el cine en concreto de Mataró, la Mostra de Cinema de Nous Realitzadors no está muy extendida entre el ideario colectivo de los ciudadanos. Apenas ves algún triste cartel por la calle y la única información que te llega es la del CAPGROS (que se edita semanalmente así que puede que no te de tiempo a enterarte) aunque, sobretodo, aquí lo que funciona es el boca a boca más clásico.

Ejemplo1:
- Oye, ¿te has enterado que esta semana es la Mostra de Cine?
- ¿Ah, sí? ¿Y eso qué es?
(A esto le sigue la consecuente explicación, que llevará a: 1- Ir, 2- No ir.

Ejemplo2:
- Me han dicho que tal peli de la Mostra está muy bien, ¿vamos?
- Buff, me va falta un miércoles por la noche.
(A esto le sigue la consecuente insistencia por parte del primer, que llevará a: 1- No ir, 2- Puede que ir)


En cualquier caso es toda una lástima la falta de público a este evento. El miércoles pasado, en la inauguración, había cuatro gatos. Bien, estrictamente 4 no había, habían más, pero teniendo en cuenta los organizadores, los amigos de, etc. no había mucho público potencial. Además el precio está muy bien: 5,7€ la entrada y 5€ con descuento. Lo cual me parece muy decente teniendo en cuenta que se trata de películas que difícilmente se podrán ver en el circuito Cinesa comercial. Comparando con otros festivales (Sitges vale más de 7€ la entrada) éste me parece barato.

Lo que venía a contar es que la inauguració corrió a cargo de la película china "City of life and death" o lo que es lo mismo: "La ciudad de vida y muerte". Dirigida por Lu Chuan, rápidamente se podría catalogar de la siguente manera: peli china (eso significa asiática), en blanco y negro, de guerra y de más de 2 horas. Lo más común es pensar: buff, menudo palo de peli. Sinopsis: el ejército japonés invade Nanking a finales de los años 30, entonces la capital de China. La ciudad es totalmente arrasada y mueren miles de personas.

Efectivamente, resultó una película difícil de ver en el sentido más convencional. La narración es muy lenta como suele ser habitual en el cine asiático y algo confusa, teniendo parte de culpa el director que pretende con ello dar a entender al espectador el aspecto confuso y caótico de la guerra en general. El blanco y negro aporta una fotografía increíble, muy bonita, pero contrubuye a esa confusión, ya que no hay colores. Y sino hay colores en una guerra es como si no hubiera bandos. Y sino hay bandos es como si todos estuvieran en guerra unos contra otros, que es un poco el mensaje del director. Además, nosotros los occidentales somos INCAPACES de reconocer un chino de un japonés, así que hay escenas en las que resulta complicado saber quién es quién. Suerte de la fiebre nacionalista japonesa de aquellos años que les daba una banderita a casi cada uno de sus soldados. El aspecto bélico está tratado sin pudor y sin favoritismos ni distinción. A pesar de que los japoneses fueron unos salvajes y asesinaron a más de 300.000 personas (véase la masacre de Nanking en Wikipedia), aquí todo el mundo es culpable porque en la guerra no hay vencedores ni vencidos. Finalmente, el tema de la duración puede que mezclado con la lentitud narrativa haga que te retuerzas en el asiento en más de una ocasión. Aprovecho para agradecer a Isa su presencia, ella dará fe de que es una película difícil de ver, y más un miércoles por la noche con cansancio acumulado. "Qué mala", dijo. "Qué difícil pero con cuantos matices", diría yo. Eso sí, no es recomendable para verla en la silla del ordenador porque se corre el riesgo de sufrir un gran daño en las posaderas.

Para acabar, decir que la película contribuye a la memoria histórica de una país que, a pesar de estar bombardeados de notícias casi a diario, y de ver a sus ciudadanos por las calles siempre silenciosos y educados; sabemos bien poco de su historia. "City of life and death" pone en el mapa Nanking y señala directamente a los japoneses, quienes sufrieron luego lo suyo por parte de los yankees. Si es que aquí no se salva ni el Tato...

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